Formalmente, Vilanova i la Geltrú pertenece a la provincia de Barcelona, pero uno de los principales argumentos para la creación de una entidad administrativa separada - la veguería Penedès - es que, de hecho, que no formamos parte de la geografía metropolitana. Históricamente, antes de que se construyeron los túneles, nos separaban las montañas del Garraf. Hoy en día, la barrera es de carácter económico: 5,74 € por viaje es el importe que tenemos que pagar para tomar la autopista C-32 a la capital catalana.
Seguramente alguien dirá que € 5.74 no es mucho para quejarse y yo estoy de acuerdo cuando se trata de turistas o incluso de barceloneses que una vez al mes van a una cena de domingo en Sitges. Pero para todos nosotros que hacemos esta ruta varias veces a la semana, es difícil no pensar en el precio. Y sí, es cierto que siempre podemos tomar la carretera nacional C-31 y admirar los espectaculares precipicios sobre el mar. No obstante, personalmente trato de evitarla, aunque recientemente se ha mejorado, porque en mis ojos no cumple con los estándares modernos de seguridad vial si hablamos de desplazamientos diarios. Y si Vd. va acompañado por niños ya ni es una opción; después de veinte minutos en estas curvas tan cerradas, siempre se marean, o por lo menos es lo que pasa con los míos.
El modelo de reparto de gastos que se estableció cuando el C-32 fue construido es bastante difícil de entender para un "nuevo catalan" como yo. De los beneficios disfrutamos tanto los relativamente pocos que vivimos en Garraf, como la multitud de gente que hay al otro lado de las montañas, a lo largo de la costa del Baix Llobregat. El coste, sin embargo, se paga sólo por nosotros. Por lo tanto, después de haber pasado el peaje más caro de la provincia de Barcelona, podemos estar contentos y conducir a través de los túneles en 90 km/h, pero una vez salimos se acaba rápidamente el placer. Especialmente durante las horas punta la autopista se atasca por los muchos conductores que entran en Castelldefels, Gavà y Viladecans pero que la utilizan de forma gratuita. ¿Por qué?
Además de esto hay otras curiosidades. Las autopistas de pago propiedad de la Generalitat de Cataluña cada año padecen aumentos de precio por encima del IPC. Del incremento promedio de 3,4% que vimos en los peajes el día 1 de enero de este año, 2,3 puntos provienen del IPC, mientras que 1,3 punto es una compensación retroactiva a la concesionaria Abertis: hasta el año 2003, a esta empresa no se le permitió aplicar los recargos completos como para cubrir la inflación y los cambios en la tasa del IVA.
Es un poco tragicómico que ahora, en plena recesión, tenemos que pagar los costes que los políticos consideraban que no éramos capaces de soportar durante los años anteriores de bonanza económica. Dicho esto, así es como el contrato entre la Generalitat y Abertis se hizo y lo pactado obliga - pacta sunt servanda. Lo que a mí me molesta, al final, no es el aumento promedio del 3,4%, pero que nosotros, los viajeros en la C-32, sufrimos de un aumento de 5,9%, es decir mucho por encima del promedio. ¿Por qué?
Entiendo que puedo parecer gruñón, pero, al final, los directores de Abertis no tienen nada que temer. “Año tras año suben las tarifas y, salvo alguna declaración pública crítica... ...nadie mueve un dedo para intentar revertir una situación de agravio que hace muchos años que se arrastra", podemos leer en el editorial del primer Diari de Vilanova de este año. Por supuesto, me comprometo a mostrar el alto grado de integración que he alcanzado. Al igual que mis vecinos, escribiré algún comentario enfadado, pero obviamente anónimo, en Vilanova Digital, para luego sentarme en el coche y tomar la C-32 como de costumbre. Barcelona trata de mantenernos alejados, pero los Vilanovinos no nos desanimamos fácilmente. Para la visión de un Penedès unido, no puede ser saludable que nuestro amor por la gran ciudad sea tan fuerte.
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Este texto es una traducción de un post principal en inglés, en el cual se presentan las fuentes y la inspiración. Del mismo post hay una versión sueca y una traducción al catalán.
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