Tuesday 25 January 2011

SPA: ¿Qué puede aprender Vilanova de los chinos?


El "bazar" a través de la calle de nuestra casa está luchando para sobrevivir. Allí se ofrece la mezcla habitual de regalos y artículos para el hogar a precios bajos, pero hoy en día está mal ubicada. La última generación de "tiendas de Chinos" en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) se parece a grandes supermercados y se establece en el medio del centro comercial tradicional. Mucha gente se espera que esto sea un cambio temporal en el paisaje urbano, pero yo creo que sólo es el principio de un largo proceso. La competencia internacional se está intensificando y nosotros, los europeos, simplemente no estamos bien preparados para hacerle frente. Una de las razones puede estar en la educación familiar de los niños.

Por ahí en los EE.UU., la profesora de derecho Amy Chua ha provocado fuertes reacciones con su artículo "¿Por qué las madres chinas son superiores", publicado en el periódico financiero Wall Street Journal. El debate ha generado más de 7.000 comentarios y se hace eco en los medios de comunicación de todo el mundo. La autora admite generalizar cuando a un estilo de educación de los niños pone la etiqueta 'Chino' y al otro 'occidental', pero lo hace para resaltar los contrastes.

En un estudio mencionado en el artículo, el 70% de los occidentales consideran que no es bueno para un niño si sus padres destacan la importancia de tener éxito en la escuela y que el niño sólo puede aprender cosas nuevas, si le gusta lo que está haciendo. Ninguno de los chinos entrevistados están de acuerdo. Mientras que en occidente se celebra la libre voluntad del niño, los chinos entienden que nada es divertido hasta que uno lo domina, y que para sobresalir hay que trabajar duro - una disciplina que ningún niño se impone a sí mismo, si se le permite decidir. Es por eso que los padres chinos subrayan la importancia del esfuerzo personal y simplemente exigen a sus niños que traigan a casa las mejores notas. Por el otro lado, los niños occidentales, que pasan su tiempo libre jugando al ordenador o pasivamente mirando la tele, por supuesto no alcanzan el mismo nivel. Sin embargo, sus padres no se atreven a comentar la situación, sino tratan de encontrar otras cualidades en sus hijos y se tranquilizan con frases del tipo “cada uno es especial en su propia manera".

La supuesta bondad demostrada por estos padres es a menudo un intento de compensar por el hecho de que no encuentran el tiempo para ayudarlos a sus hijos. En comparación con estos, los típicos padres chinos invierten diez veces más tiempo en la supervisión de los deberes o repeticiones rutinarias, revela un estudio citado por Amy Chua. Ella misma - entre otras cosas - enseñaba a sus hijas a tocar el violín y el piano y sobre el tiempo que diariamente dedicaba a esto, dice que motivar el niño para la primera hora es fácil – las que pueden causar dificultades son la segunda o la tercera (¡!).

Al leer eso, empiezo a pensar en mi propio hijo de siete años y como practica tocar la flauta. En mis mejores momentos tengo la paciencia para escucharlo durante un cuarto de hora. Después siempre le dejo ir a jugar de nuevo para yo poder volver a mi ordenador y análisis pseudointelectuales como este texto. ¿Tendría yo que hacer más esfuerzos y, además, enseñarles a mis hijos a hacer lo mismo? ¡Obviamente no! Los europeos no deberíamos tener que luchar por nuestra prosperidad. Para nosotros es un derecho; algo que exigimos a nuestros políticos que lo arreglen, incluso si tienen que pedir a los chinos que nos presten el dinero.

Pero me temo el día que los asiáticos dejen de darnos crédito y mis hijos me preguntarán por qué no los preparaba mejor para el futuro.

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Este post es una traducción hecha por mí (es decir por un sueco) de un texto original en inglés, donde también presento todas las fuentes. Además existe una traducción al catalán y, obviamente, una versión sueca.

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